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Nuestro Pacto

Creyendo que nuestro propósito principal es glorificar a Dios, hacemos convenio de adorar al Señor juntos en el poder de Su Espíritu y la luz de Su Verdad.

Creyendo que la Biblia es la palabra infalible de Dios, nos comprometemos  a estudiar diligentemente la Palabra de Dios y someternos a su autoridad en todos los asuntos de fe y conducta.

Creyendo que la vida eterna se obtiene solo por medio de la fe en Jesucristo, hacemos convenio de  dar testimonio del Evangelio y procuramos juntos evangelizar, bautizar y enseñar discípulos para Jesucristo.

Creyendo que Cristo ha comisionado a Su Iglesia para hacer discípulos de todas las naciones, nos comprometemos  a hacer de la causa de las misiones mundiales una prioridad.

Creyendo que todo lo que tenemos pertenece a Dios, como fieles mayordomos nos comprometemos  a contribuir con tiempo, talento y dinero para que el trabajo de esta comunidad y el ministerio mundial de difundir el Evangelio se cumpla fiel y eficazmente.

Creyendo que Cristo nos ha llamado a amarnos unos a otros en el espíritu de unidad, hacemos convenio de  dar y recibir amonestación con mansedumbre y afecto, de orar unos por otros, de ayudarnos unos a otros en la enfermedad y la angustia, de ser misericordiosos en el habla, lentos para ofendernos y estar siempre listos para la reconciliación.

Creyendo que los cambios en la vida ocurren mejor en grupos pequeños y deben incluir los conceptos de discipulado, vulnerabilidad y responsabilidad, nos comprometemos  a apoyar un ministerio de grupos pequeños.

Creyendo que las familias son de vital importancia para Dios, hacemos convenio de poner nuestros hogares bajo el Señorío de Jesucristo. Además, nos comprometemos a fortalecer a las familias cristianas y restaurar las familias rotas.

Creyendo que un matrimonio saludable entre un hombre y una mujer es el fundamento de una familia y una comunidad saludables, hacemos convenio de  enseñar Sus valores tal como se nos dan en la Biblia.

Creyendo que la vida de un cristiano debe ser un testimonio del amor y la pureza de Cristo, nos comprometemos  a ser justos en nuestros tratos, fieles en nuestras responsabilidades, misericordiosos con los necesitados, a evitar aquellas prácticas que obstaculizarían la eficacia de nuestro testimonio, y a hacer de Cristo lo primero en todas las cosas espirituales y temporales.

Creyendo que los hijos son regalos de Dios, nos comprometemos  a dar amplios recursos para satisfacer las necesidades de nuestros hijos.

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